
Igor García
Fueron muchos los elementos que confluyeron para que el 19 de abril de 1810 se constituyera en un hito libertario y revolucionario para los venezolanos.
Para analizarlos es necesario conocer la situación económica, social y política existente, no sólo en Caracas y la capitanía general de Venezuela, sino los hechos que se presentaban en Europa, especialmente en España, Portugal y Francia y también en los Estados Unidos de Norteamérica y algunas islas del Caribe, como Haití.
El aspecto económico
Venezuela no tenía una clase capitalista que pugnara por reformas. Sin embargo si existía una clase de terratenientes esclavistas y comerciantes usureros que se veían limitados en sus acciones por las leyes impuesta por la corona española, la cual en las últimas décadas del siglo 18 había impuesto algunas reformas que les impedían competir con la península ibérica e incrementaban los impuestos, además de presionar para su cobro.
La aspiración de estos terratenientes era el poder incorporarse al comercio internacional sin trabas, con el poder político necesario para mantener el control e incrementar sus beneficios a través de un sistema que funcionara según sus circunstancias.
El aspecto social
Las diferencias entre las diversas clases sociales habían creado un clima de pugnacidad entre todos los venezolanos, quienes no tenían aspiraciones de surgir como clase, estando vedados los cargos públicos para todo aquel que no perteneciera a la clase de los españoles peninsulares.
Los mantuanos, quienes al principio pudieron optar por estos cargos públicos, dada su relación consanguínea con los conquistadores y por el abolengo de apellidos europeos, no tenían la posibilidad de ostentar los cargos de mayor representatividad, pero si a otros de menor rango, considerados de gran importancia para los de su clase.
Los indígenas también gozaban del abolengo por pureza de sangre, siempre y cuando pudieran demostrar que sus ancestros no tenían ligas con las razas africanas. Sin embargo, ese abolengo era de una categoría inferior, no pudiendo optar a ningún cargo de importancia en los gobiernos provinciales ni municipales, ni a otros privilegios limitados a los blancos criollos
Los pardos tenían un largo listado de sub categorías, dependiendo de los niveles de contaminación de su sangre con indígenas o negros. Existían los sexterones, muy aproximados a los blancos, los quinterones, cuarterones y siguientes, quienes tampoco tenían ninguna prosapia y, aunque pudieron acumular algunas riquezas importantes, tampoco podían aspirar a ocupar cargos y privilegios en estas sociedades.
Estaban los blancos canarios, considerados de segunda categoría, sin aspiraciones de ascenso social, los blancos pobres y las diferentes mezclas de estas razas.
La corona española, dentro de sus reformas, estimó conveniente igualar a los pardos pudientes con los blancos por medio de una ley que permitía, con el pago de mil pesos, elevar a algunos pardos a la categoría de blancos y permitirles el uso de uniformes, bastones y de ocupar cargos públicos, al igual que los mantuanos.
Por otra parte Francia, en 1792 había decretado la igualdad de los hombres libres, los Estados Unidos de Norteamérica había realizado algo similar y Haití se había liberado declarando la libertad de los esclavos al establecer una república gobernada por sus descendientes.
Todo esto había creado un clima de confrontación originario de rebeliones de esclavos en diversos lugares del país, de conspiraciones de canarios y pardos que procuraban mayores derechos y de indígenas que peleaban por que se eliminaran los impuestos que se le imponían a sus tierras y propiedades.
Aspecto Político
La Revolución Francesa había cambiado radicalmente a Europa. Napoleón Bonaparte eliminó a la realeza española y colocó a su hermano como Rey. Estas circunstancias, aunada a los cambios en las orientaciones filosóficas y políticas vislumbraban la posibilidad de libertad que ansiaban los terratenientes nacionales; a los cambios políticos que permitieran a los mantuanos acceder a los puestos políticos de mayor relevancia y los ascensos sociales que permitieran la igualdad entre todos los ciudadanos.
Bajo estas premisas se juntaron quienes el 19 de abril de 1810 dieron ese primer paso en la revolución independentista venezolana hace doscientos años.
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