Luego de una guerra de sucesión, la dinastía de los Borbones realizó una serie de modificaciones en sus sistemas políticos, administrativos y económicos, cuya tendencia era la de obtener mayores beneficios de sus reinos de ultramar, a través del cobro de impuestos.
Esta nueva dinastía tenía origen francés, por lo que España se vio involucrada en una guerra contra Gran Bretaña, en cumplimiento de un pacto familiar que le exigía muchos recursos económicos y le significó la pérdida momentánea de Cuba y Las Filipinas.
Las reformas impuestas por los reyes Felipe V, Fernando VI y Carlos III redujeron el ámbito de influencia logrado por los descendientes de los conquistadores en las tierras americanas, por cuanto, a partir de estas reformas, todos los cargos directivos y administrativos eran reservados a españoles peninsulares nombrados por la corona,
El comercio se unificó en favor de España, combatiendo todo tipo de contrabando, y se incrementó la explotación de la materia prima, prohibiéndose, en muchos casos, la transformación de las mismas en estos territorios.
Estas acciones, conjuntamente con la imposición de impuestos a los indígenas y el incremento de los porcentajes de aduanas, crearon una reacción desfavorable para la corona, que se tradujo en sublevaciones como las de Quito y Nueva España (México), en 1765; la de Perú, liderada por Tupac Amarú, en 1780, la de Nueva Granada, protagonizada por los Comuneros del Socorro y muchas otras en todo el territorio hispanoamericano.
En medios sociales también causó descontento la medida de dar a los pardos la posibilidad de poseer condición de blanco a través de la Cédula de Gracias al Sacar, lo cual otorgaba a los miembros de esta clase la posibilidad de asumir cargos públicos de cierta envergadura, reservados hasta ese momento a los blancos mantuanos.
Napoleón contra España
La monarquía española, a finales del siglo XVIII y principios del XIX había sufrido un declive importante ante la incapacidad del Rey Carlos IV para ejercer sus funciones como tal, dejándose conducir bajo la influencia de Manuel Godoy, amante de su esposa, la reina María Luisa.
El puritanismo católico de la época y el desprestigio que se degeneró por la complacencia y privilegios a los cuales tuvo acceso Manuel Godoy, creó descontento en España y los pueblos de ultramar, lo cual debilitó su influencia como nación en Europa.
Napoleón Bonaparte, quien buscaba incrementar los territorios para su país, vio una oportunidad en esos conflictos y manifestó intervenir en esa nación para “renovar y mejorar”, sus instituciones que “estaban a punto de perecer”, según la proclama enviada a los españoles en 1808.
Napoleón invade la península ibérica, encarcela a sus gobernantes y de una vez se crea un movimiento popular para deshacerse de los invasores. Se crean juntas para suplir el gobierno derrocado y nace en Aranjuez la Suprema Junta Central y Gobernativa del Reino, como fruto una manera de solidificar un sistema que hiciera las veces del rey mientras el país estuviera ocupado.
La reacción americana fue casi inmediata. En julio de 1808 se presentaron en Caracas dos representantes del gobierno francés en España con la intención de hacer jurar fidelidad al rey José Bonaparte, impuesto por Napoleón. Una revuelta, dirigida por connotados mantuanos, y la negativa al reconocimiento por parte del capitán general y demás autoridades, fue la respuesta obtenida por estos enviados, por lo que se vieron obligados a embarcarse de regreso casi de inmediato.
El Quito, un año más tarde, la clase más encumbrada de la aristocracia quiteña, resolvió crear una Junta de Gobierno en esta ciudad, pero el movimiento fue sofocado por las autoridades españoles de gobierno en dicho virreinato.
Las ideas de Miranda también se hicieron presentes en la época dentro de la correspondencia que mantenía con algunos mantuanos caraqueños. El precursor proponía crear una junta, similar a las de España, para deponer las autoridades y orientar los pasos hacia la independencia nacional.
Fernando VII vs Independencia
En América los criterios estaban divididos. Un amplio sector pugnaba por el seguimiento de la monarquía, en la figura de Fernando VII, mientras que otro sector, imbuido de las nuevas ideas republicanas, apostaban a la independencia definitiva como la mejor opción.
En estas circunstancias se presenta el 19 de abril de 1810. En enero de ese mismo año se disuelve la Junta Suprema Central ante la arremetida de los ejércitos franceses. Se crea entonces el Supremo Consejo de Regencia del Reino, cuya legalidad es puesta en duda por las naciones de América, ya que no estaban conformadas por delegados escogidos en las juntas anteriores ni se conocía el carácter político de este Supremo Consejo de Regencia.
Esta situación fue recogida por los venezolanos, quienes aparentaron plegarse a la monarquía y aprovecharse de sus seguidores, para, un año después, proclamar la total independencia de España para constituirse en una nación soberana y libre.
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