Al venezolano lo ha caracterizado siempre su gran
creatividad y esta coyuntura que está viviendo es una oportunidad para
demostrarla. Ante la encrucijada de votar o no votar debemos tomar una decisión
para abrir una nueva posibilidad, cuyo fin sea el librarnos de esta dictadura.
He leído y escuchado
infinidad de mensajes en pro de asistir como votantes a las elecciones. En
ellas, la mayoría de las veces se nos miente al señalar que las tiranías
comunistas caen con los votos y, ante este argumento, debemos asistir a las
urnas.
Por otro lado están
los que señalan que votar no es más que una burla del régimen y que ante una
asamblea constituyente ilegítima no hay posibilidad de asumir el poder.
Entonces ¿Qué hacer?
Ambos bandos debemos reflexionar y mirarnos ante un callejón
sin salida y aquí sacar a relucir nuestra inventiva. No debemos esperar que
sean los políticos los llamados a asumir este papel. En Polonia surgió un dirigente
obrero, Lech Walesa, quien se puso al frente de una lucha para librar a su país
de un yugo que los asfixiaba y logro, después de mucho tiempo, asumir el poder.
Tuvo la suerte Walesa de actuar en el momento cuando se
abría una brecha en el mundo comunista y lograr llegar al poder por los votos.
Fue perseguido, apresado, aislado, pero las circunstancias posteriores lo
llevaron al poder.
En este caso los votos se transformaron en otro elemento
para acabar con el sistema de opresión.
Alemania Oriental y la Unión Soviética cayeron por inercia,
Yugoeslavia terminó en una guerra fratricida después de la muerte del mariscal
Tito y, luego de muchas muertes, de la segmentación de la nación y del paso de
varios gobernantes de diversa índole, fueron a elecciones y cambiaron el poder.
En otras naciones,
como en Chile, se contó con el apoyo militar para acabar con el gobierno de
Pinochet y en muchos otros, como en Cuba o Corea del Norte, todavía se mantiene
el sistema, a pesar de la muerte de sus líderes principales.
He aquí la necesidad de labrarse nuevos caminos.
Creo que no es momento de llegar al poder por los votos.
Explico: La inconstitucional Asamblea Nacional Constituyente está por encima de
cualquier poder nacional. Eso determina que un Presidente electo en comicios
libres y democráticos, como sabemos no va a realizarse, no tendrá ningún chance
de ejercer hasta enero de 2019 ni más allá, porque la decisión está en ese
organismo y, según han demostrado, no tienen intenciones de entregar el poder.
Si no votamos, también ganan. Por supuesto, la opinión
pública internacional creará nuevas acciones en contra de personeros del
gobierno ¿Y? ¿Nos sentaremos a esperar que muera Maduro y sus secuaces de
muerte natural? Como ejemplo tenemos a Cuba y a Corea del Norte y más cerca a
Nicaragua.
¿Por qué no analizamos la situación y al desmenuzar cada
sección de los apoyos nacionales e internacionales; vemos cuáles son sus puntos
débiles, la manera cómo minar sus bases y planteamos una estrategia a seguir
para destruirlas?
Por ejemplo, el manejo comunicacional del gobierno mantiene
a la población en jaque por las constantes peleas entre los factores políticos.
¿Por qué no estudiar a fondo la reacción del venezolano ante la información y
plantear una fórmula que nos lleve a unirnos en función de una idea novedosa y
factible?
¿Por qué no abrir la posibilidad de sumar a la lucha a los
gremios, a los sindicatos, a los estudiantes, a los militares descontentos, a
las diferentes iglesias que hacen vida en el país, a los desempleados, a las
amas de casa, a los consejos comunales, a quienes se fueron hacia otras
latitudes, a todos los que crean en la necesidad de luchar por objetivos
específicos y plantearse un plan de acción sin mezquindades?
¡Por qué no utilizamos estas redes sociales para aportar
ideas, para neutralizar las mentiras y evitar que informaciones falsas se
propaguen creando desesperanza en la ciudadanía?
Estamos llamados a defender el futuro de nuestros hijos, de
nuestros nietos, de nuestro país, de nuestros sueños, de nuestra historia y de
nuestra bandera. Demostremos que somos capaces de avanzar con aportes
novedosos, porque si no logramos pronto las ideas que nos saquen de este
laberinto, sucumbiremos al detal y el país continuará siendo un barco a la
deriva.
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